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Personas mayores de IMQ Igurco Unbe tejen a mano vendas de algodón para un proyecto solidario de pacientes de lepra en la India

Residencia de ancianos. Residencia para mayores y tercera edad en Bilbao Bizkaia y Vitoria Gasteiz Araba
  • El proyecto solidario ‘Tejiendo contra la lepra’ está coordinado por la parroquia de Las Mercedes, en Getxo, y en el mismo participa el grupo de laborterapia de la residencia sociosanitaria IMQ Igurco Unbe.
  • Las personas mayores no dudaron en ponerse manos a la “labor”, al enterarse de la ayuda que podían prestar dentro de este proyecto de acción comunitaria.

 

Una representación del grupo de personas mayores de laborterapia de la residencia sociosanitaria vasca IMQ Igurco Unbe, ha hecho entrega hoy en la parroquia de Las Mercedes, en la localidad vizcaína de Getxo, de un buen número de vendas de algodón, tejidas a mano por las residentes, destinadas a un proyecto de cooperación internacional para la recuperación de personas afectadas por la lepra en la India. Esta iniciativa ha cobrado, con la participación del centro sociosanitario, una dimensión de acción comunitaria.

Entre las personas mayores que se han desplazado al templo, se encuentran dos centenarias: Begoña Otaola, de 101 años, y Obdulia Arévalo, de 100 años, que a su edad, han tejido igualmente las vendas de algodón.

Todo el grupo ha sido recibido por el sacristán de la parroquia de Las Mercedes, Pedro Casado, y por el párroco, ya jubilado, José Manuel Antón, junto con María Blanco, coordinadora del proyecto solidario. Una vez allí, las residentes han realizado una visita a las diferentes capillas del templo, tras lo cual, se ha llevado a cabo una charla en la que se han dado más detalles del proyecto solidario en la India y se ha puesto en común la experiencia de tejer con fines sociales y sanitarios.

Según ha puesto de manifiesto Noelia Fernández, psicóloga de la residencia IMQ Igurco Unbe, «los mayores, con la experiencia de sus vidas, son, con mucha frecuencia, personas que atesoran una gran empatía y comprensión. Son capaces de ponerse en la piel del otro y, desde ahí, obtener la motivación que necesitan para, en la medida de sus posibilidades, ayudar a su prójimo».

Tal y como explica, la actividad de tejer lleva consigo diversos beneficios para las personas mayores. «Por ejemplo, al tener que llevar la cuenta de los puntos y tener presente el patrón a realizar, las personas participantes están estimulando activamente su función cognitiva, a la vez que se trata de una actividad que precisa atención. Además, es una actividad que pueden realizar en muchas ocasiones personas con una movilidad reducida, si todavía conservan el movimiento de las manos. Igualmente, tejer es algo que a muchas personas les resulta relajante, familiar y gratificante. Si a todo esto añadimos que es una actividad que se puede hacer mientras se socializa en un grupo y que tiene como fin la ayuda a pacientes con lepra, se ve que es una actividad manual claramente provechosa para las personas residentes».